25.06.2024
Cuando un hipermercado se compromete con una iniciativa sostenible para reducir sus emisiones de CO2, las inversiones pueden representar una inversión considerable. Pasar de un consumo mixto de electricidad y gas a una solución más verde, que elimine progresivamente el uso de energías fósiles carbonadas, requiere fondos importantes.
Pero si los costos son elevados, también lo son las ayudas financieras. Sobre todo, el ahorro energético realizado permite rentabilizar rápidamente la inversión, al mismo tiempo que se reduce el impacto ambiental.
Duncan Thomas, ingeniero en Ilex Environnement, supervisó la financiación de este proyecto de transformación energética y explica las etapas clave.
“El objetivo principal era modernizar los sistemas de producción de frío del hipermercado e implementar soluciones innovadoras para optimizar y controlar el consumo energético. Para optimizar los CEE, que es el equivalente de los CAE en España, hemos puesto en marcha un CPE (Contrato de Rendimiento Energético). El CPE es un dispositivo francés cuyo objetivo es garantizar la reducción del consumo energético”. Explica Duncan Thomas.
Después de estimar las obras a realizar en una superficie de 14.000 m², se llevaron a cabo varias operaciones elegibles a estas ayudas financieras.
Una de las primeras observaciones se refería a los muebles frigoríficos abiertos. En ausencia de puertas, la energía se disipaba en la tienda, aumentando el consumo de energía para mantener la temperatura. La solución adoptada fue reemplazar estos muebles por equipos cerrados, mejorando así la conservación del frío.
El hipermercado utilizaba una caldera de gas natural para la calefacción de los locales durante el invierno, lo que representaba una gran fuente de emisiones de CO₂. Al sustituir la producción de calor de esta caldera por un sistema de recuperación de calor en los grupos de producción de frío, la tienda logró reducir a la mitad el uso de gas. Este cambio contribuyó a una reducción de emisiones estimada en 180 tCO₂e al año, lo que equivale a 90 viajes de ida y vuelta París-Nueva York en avión.
Los antiguos grupos utilizaban R404, un refrigerante muy contaminante. Fueron reemplazados por unos nuevos que utilizan CO2, un refrigerante natural. Equipados de regulación de presión flotante alta y baja, el sistema permite ajustar automáticamente la presión de evaporación y condensación del refrigerante según las condiciones exteriores. Este mecanismo hace que el proceso sea más eficiente energéticamente.
También se instaló una bomba de calor reversible para optimizar las necesidades de calefacción y de aire acondicionado. Este tipo de equipo utiliza el aire exterior para calentar o enfriar el local, reduciendo así el consumo energético global.
Para un control óptimo del consumo, se instaló un sistema de GTB. Este sistema automatiza y coordina el uso de la calefacción, agua caliente, aire acondicionado e iluminación, garantizando un uso eficiente de la energía.
En total, la inversión para estas obras asciende a más de 1,9 millones de euros. Gracias a una prima CAE de 650,000 euros, se cubrió un tercio de los costos. Además, Ilex Environnement se encargó de la prefinanciación de la prima CAE, facilitando así la gestión de la tesorería para el frigorista a cargo del proyecto.
Este proyecto demuestra que invertir en eficiencia energética no solo es benéfico para el medio ambiente, sino también para las empresas de la gran distribución.